Lugares de interés por los que transcurre el recorrido

El recorrido que se ha buscado para la Carrera de la Mujer de Medina del Campo, ha sido diseñado para que sea entretenido y a la vez que transcurra por los lugares más importantes de la Villa de las Ferias.
Se pretende que el circuito sea lo más ameno posible, tanto para las participantes como para las personas que animen desde las diferentes calles de Medina del Campo.

Os dejamos algunos de los lugares por los que se pasaran en los sucesivos años en los que se organice la Carrera de la Mujer de Medina del Campo.

 

Ayuntamiento

A mediados del siglo XVII el consistorio decide trasladar el ayuntamiento desde la ribera del río a la plaza mayor. Francisco Cilleros y Mateo Martín dirigirán las obras del actual edificio. La fachada principal, completamente simétrica es de piedra granítica de grandes sillares, con dos balcones corridos, uno por planta, para acoger a las autoridades durante las celebraciones. La fachada de la calle Gamazo, con sus dos arcos de piedra, seguramente reutilizó materiales procedentes del anterior edificio consistorial.

Por necesidades del espacio, a lo largo de los siglos se han ido incorporando construcciones anexas al complejo administrativo municipal. Actualmente forma una unidad interior con la la casa de los arcos, el palacio real y otros edificios más modernos.

 

Plaza Mayor de la Hispanidad

El viajero que llega a la Plaza Mayor (hoy Plaza Mayor de la Hispanidad) se encuentra con un inmenso espacio horizontal y abierto, acotado por edificios asoportalados que acogen los comercios, bancos restaurantes y servicios administrativos que marcan el pulso de la ciudad. En este lugar, ejemplo de plazas rectangulares y antecesora de Valladolid, se celebraban las ferias en los siglos XV y XVI donde cada gremio y especialidad tenía su propio espacio (propuesta de entretenimiento: si pasea la plaza palmo a palmo, encontrará en unas placas en el suelo los lugares exactos donde se asentaban las buhoneros, los sastres, los especieros…)

En la Plaza se encuentran los grandes edificios de Medina del Campo representativos de los tres poderes tradicionales; la iglesia (Colegiata de San Antolín), la monarquía (Palacio Real) y el Municipio (Casa Consistorial)

Hoy en día, la Plaza Mayor es también escenario de ferias monográficas:Artesanía, y Espectáculos Taurinos Tradicionales, ambas en mayo; Feria de Muestras de San Antonio, Libro antiguo y de Ocasióny Feria del Campo, las tres en junio; y en octubre la de Productos de la Tierra y la Feria de la Juventud y Tiempo Libre.

 

 

Colegiata de San Antolín

En el siglo XII una comunidad de repobladores palentinos llega a Medina del Campo y con ellos la advocación a su patrón: San Antolín. De ahí tomaría el nombre parroquial que se asentaba sobre el mismo solar donde hoy se levanta este templo de proporciones catedralicias, construido entre los siglos XVI y XVII, con añadidos posteriores. Mantuvo el rango de Colegiataentre 1480 y 1755.

La portada principal, que da a la Plaza, es del XVIII (nueva tarea: busque sobre la puerta un par de aldabas procedente de la ciudad malagueña de Ronda, traídas por los medinenses que conquistaron aquella ciudad en 1485). A la izquierda, el balcón de la Virgen del Pópulo, desde donde se oficiaba una misa a primeras horas de los días de mercado, y la torre con el reloj de la villa y las cuatro figuras (dos carneros y una pareja de maragatos) encargados de dar la hora a golpe de campana.

Las tres naves del interior son de estilo gótico tardío. Tiene numerosas capillas, entre las que destaca la de las Angustias, con excepcionales obras de arte en su interior. El retablo mayor, con un centenar de escenas bíblicas representadas, es del siglo XVI

Desde el verano de 2003 se realizan obras de restauración en el interior del templo (para conocer con exactitud la posibilidad de realizar visitas, se puede obtener información en la Oficina Municipal de Turismo)

 

Palacio Testamentario y la Reina Isabel

Aunque este regio edificio acogió hechos excepcionales de la historia de España, seguramente el más trascendental fue el dictado de las últimas voluntades y lamuerte entre sus muros de la reina Isabel la Católica el 26 de noviembre de 1504. El palacio, que comenzó a edificarse a mediados del siglo XIII, en tiempos de Fernando III, se fue engrandeciendo y engalanando hasta ocupar una amplísima manzana. En 1464, el viajero León de Rosmithal, cuñado del rey Jorge de Bohemia, describió el palacio como: «…una casa amplia y labrada con magnificencia y riqueza en la que han nacido dos reyes…» (seguramente se refería a Alfonso V y Juan II, monarcas de Aragón).

El abandono y la decadencia fueron restringiendo su extensión o lo que hoy podemos ver. Algunas intervenciones arqueológicas realizadas en los últimos años han permitido dibujar el perfil y recuperar algunos restos. El 15 de mayo de 2003, el Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León aprobó declarar el espacio como «sitio histórico».

Palacio Real Testamentario de Isabel la Católica

Con motivo de la celebración del V centenario de la muerte de Isabel, y tras la adecuación del edificio para convertirse desde noviembre de 2003 en el espacio museológico «Palacio Real Testamentario de Isabel la Católica», el visitante podrá conocer la figura de la reina a través de su actividad europea y americana y de su vida y muerte en Medina del Campo.

 

Iglesia de San Miguel

Junto al río Zapardiel se levante el templo de San Miguel, de aspecto arquitectónicamente desordenado fruto de las intervenciones prácticamente continuas que buscaron consolidar su fábrica entre los siglos XVI y XVIII. Es de planta rectangular con dos naves -la segunda del lado de la epístola-, y la capilla mayor, de grandes dimensiones, cubierta con bóveda de crucería. El retablo de esta capilla, ejecutado en 1567, es el conjunto más llamativo del templo por su calidad y grandes dimensiones. El autor, Leonardo de Carrión, va relatando en diez escenas diversos momentos de la vida de Cristo y los tan socorridos episodios de Santiago Matamoros y la imposición de la casulla a San Ildefonso.

Junto con otras obras artísticas importantes situadas en retablos y capillas, hay que destacar el órgano barroco del siglo XVIII y la colección de campanas de la torre.

(Sugerencia: si es amante de los hechos milagrosos, aquí encontrará la talla en papelón del Cristo de San Bartolomé, una imagen que ya en 1680 mereció un libro contando sus favores celestiales).

 

Palacio de Dueñas

Diego de Beltrán, que fue consejero de Indias, se hizo construir este excepcional palacio entre los años 1528 y 1543. Encargó el proyecto a Luis de Vega, arquitecto de Carlos I, que lo trazó siguiendo las corrientes renacentistas que ya invadían el reino de Castilla. Una nieta de Beltrán, Mariana, aportó al edificio el mayorazgo de la Casa de Dueñas que lo mantuvo en su poder durante más de tres siglos. En este tiempo alojaron entre otros al emperador Carlos o al Marqués de la Ensenada. También fue sede provisional de la Real Chancillería entre 1602 y 1604. En 1931 fue declarado Monumento histórico artístico y desde 1950, ya adquirido por el estado, se utilizó como centro de enseñanza.

El palacio es de planta cuadrada, con un pequeño torreón en uno de sus ángulos. A través del zaguán, que conserva el extraordinario artesanado, se accede a la joya del edificio: el patio. Este espacio columnado rectangular, de dos plantas, es una continua sucesión de trabajos de primera magnitud realizados en piedra. Una escalera de peldaños monolíticos conduce a la segunda planta. (Sugerencias: si dispone de tiempo puede identificar en los medallones a los reyes y reinas de Castilla que lo fueron entre los siglos XI y XV, siguiendo el itinerario propuesto por Antonio Sánchez en su libro «Medina del Campo» (Ámbito, 1996).

 

Convento de San José

Teresa de Jesús (Ávila, 1515-Alba de Tormes, 1582) cuenta con todo detalle en su libro «Fundaciones» el itinerario seguido por la Orden reformada de Carmelitas Descalzas para el establecimiento de las siete primeras monjas y un capellán, con la propia autora a la cabeza, en este convento de San José. La Casa, primera que la mística de Ávila establecía fuera de su ciudad natal -hoy hay más de ochocientas en todo el mundo- no era en 1567 más que un conjunto de ruinas: «Llegamos a Medina del Campo, víspera de nuestra Señora de agosto, a las doce de la noche… llegadas a la casa, entramos en un patio. Las paredes arco caídas…»

La habilidad de Santa Teresa para conquistar las voluntades de las mujeres pías de Medina hizo que a las pocas semanas comenzase a recibir terrenos y donativos para construir un auténtico convento. En 1577 ya utilizaban la zona de clausura, el huerto y la capilla. En 1603 estaba prácticamente concluida la iglesia (que es la misma que hoy puede verse) siguiendo las trazas de Francisco y Andrés López. Es de una sola nave con bóveda de cañón con lunetos. Conserva en la zona de clausura piezas tan interesantes como un San José, de Gregorio Fernández, una Virgen y un calvario, los dos de marfil, de procedencia filipina del siglo XVI y una escultura napolitana del siglo XVIII de la Virgen con el Niño. En una sala-museo se muestran reliquias, ornamentos y piezas personales de la santa fundadora.

Durante más de cuatrocientos años las Carmelitas han permanecido el la ciudad irradiando su influencia en toda la comarca y aportando nuevas casas a la Orden. Una de las últimas fue la de Tordesillas, donde tres monjas procedentes de Medina fundaron en 1945 el convento del Carmelo de Cristo Rey.

 

Iglesia de Santiago el Real

En la madrugada del 2 de abril de 1767, el Juez Real Ordinario daba cuenta al Superior de la Compañía de Jesús en Medina del Campo del Real Decreto de expulsión firmado por Carlos III, conminándoles a abandonar el convento en un plazo máximo de 24 horas y prepararse para «extrañarse de los dominios de España». Así terminaba la presencia jesuita de más de doscientos años en la ciudad y se cerraba un foco de extraordinaria influencia.

El templo deja la advocación de San Pedro y San Pablo y pasa a ser la parroquia de Santiago. El Rey manda colocar su escudo en lo alto de la fachada y en 1799 se construye el campanario.

Sus cánones constructivos habían establecido las bases de lo que arquitectónicamente será conocido como estilo jesuítico: un austero exterior y planta de cruz latina, de una nave, con capillas laterales. Su autor, Bartolomé de Bustamante, había ingresado en la Compañía en 1552 y un año después firmó las trazas de éste su primer proyecto importante para la Orden. Es una de las parroquias artísticamente más ricas de Medina con obras de Pedro de la Cuadra, Diego Valentín y Domingo Beltrán.

Siguiendo la devoción de los jesuitas siempre manifestaron por las reliquias de santos y mártires, en el tercer cuarto del siglo XVII construyen una capilla dedicada exclusivamente al culto de estos objetos, que aún hoy puede verse tal y como fue concebida.

 

Museo de las Ferias

La antigua iglesia de San Martín -un edificio de principios del siglo XVI fundado por Pedro de Ribera y María de Medina- contiene desde el año 2000 la mayor muestra temática que sobre las Ferias existen en España.

El Museo refleja la importancia que las actividades comerciales tuvieron y aún tienen para la economía, la cultura y el arte en la sociedad; toma como guión expositivo el mundo de las ferias de alcance internacional celebradas en Medina del Campo durante los siglos XV y XVI que Álvaro de Luna describió con tanto detalle: «En aquel tiempo fuese la feria de Medina del Campo, a la cual suele venir a concurrir a ella grandes tropeles de gentes de diversas naciones, así de Castilla como de otros reinos… a ver el tracto e las grandes campañas e gentío e así mismo las diversidades de mercaderías e otras universas cosas que ende había».

A lo largo de seis capítulos el visitante conocerá las entrañas de una ciudad que vivía por y para las ferias: la historia y el escenario urbano, con Fernando de Antequera y los Reyes Católicos como protagonistas; el mercado de la lana y el textil; El comercio del arte, con la muestra de piezas tan extraordinarias como las pinturas hispano-flamencas, la Piedad de Juan de Juni o la escultura en alabastro policromado del obispo Barrientos; La imprenta y el comercio del libro, con publicaciones del siglo XVI editadas en Salamanca, Medina del Campo, Amberes, París, Colonia, Vencia…; Los oficios y mercaderías; y, por último, el comercio del mercado del dinero, el mercado financiero y aquellas primeras letras de cambio «modernas» que se negociaron en el mundo.

 

Convento de los Padres Carmelitas

En el año 1604, un grupo de monjas de la orden de las Agustinas Recoletas toman posesión de unas casas propiedad de Agustina Canovio, para la fundación de un convento. Durante cincuenta años van consiguiendo la cesión de nuevas propiedades y rentas, que culminarán con la construcción del templo conventual gracias al patrocinio del clérigo medinense Bernardo Caballero, que había sido inquisidor de Toledo y obispo de Lérida y Oviedo. En 1648, un año después de la muerte de Caballero, se inician las obras según las trazas del jesuita Pedro Matos.

Con las desamortizaciones de Mendizábal en ejecución, las Agustinas abandonan el convento en 1838. En 1891, los Carmelitas Descalzos obtienen del nuevo propietario, el conde de Peñaflorida, la cesión de los edificios para el establecimiento de la Orden en Medina. El conjunto conventual se estructura alrededor e dos claustros. Conserva una excepcional biblioteca.

La iglesia, bajo la advocación de la Inmaculada Concepción, tiene planta de cruz latina con bóveda de cañón y crucero con cúpula vaída sobre pechinas con los escudos del obispo Caballero. En su interior se conservan interesantes cuadros y tallas de los siglos XVII y XVIII. Al exterior, en el centro de la plaza, se levanta un monumento al místico San Juan de la Cruz.

 

Palacio del Almirante

La familia Enríquez, tenedora del almirantazgo de Castilla y una de las más poderosas del reino en el siglo XVI, poseía en Medina una casa noble, situada justo enfrente de uno de los laterales del Palacio Real. A mediados del XVIII, con el edificio ya en propiedad de los descendientes de Francisco Velandia -marqués de Tejada-, se acometen profundas reformas que transformarán tanto el aspecto interior como el exterior.

De aquella edificación hoy solo se conservan algunas de las estancias de la torre y parte del cerramiento. Las dos portadas gemelas de acceso a lo que fue el jardín delantero, construidas en 1753 en piedra caliza, están profundamente decoradas a base de molduras y rematan con los escudos del marquesado de Tejada.

 

Casa de los Arcos

El Cabildo vendió al ayuntamiento un solar en el siglo XVII para la construcción de la Casa Consistorial. Para cumplir con la parte del trato que obligaba al comprador a construir una balconada desde la que los clérigos pudieran disfrutar de las celebraciones de la plaza, se levantó este edificio sobre una de sus salidas naturales.

Corona la fachada una pequeña imagen conocida como la «Diosa del Poderío», que fue mandada colocar a principios del siglo XX por la dueña del edificio, para festejar públicamente su victoria en los juzgados sobre el ayuntamiento medinense, que pretendía desalojarla.

 

Antiguo Hospital General de Simón Ruiz

El conjunto de edificios del antiguo hospital de la Purísima Concepción y San Diego de Alcalá es el ejemplo perfecto de la intervención que tuvieron en la villa los ricos hombres y las fortunas que florecían alrededor de las antiguas Ferias.

Simón Ruiz, banquero y cambista, financió a finales del siglo XVI la construcción de un «hospital general» que colocó a Medina del Campoal mismo lugar que cualquiera de las grandes ciudades castellanas en la atención de sus enfermos.

La fachada principal es simétrica, de clara influencia herreriana. El interior se articula alrededor de un patio con dos órdenes de galerías y tiene una orientación de 45º norte/sur, buscando el abrigo de los vientos. La iglesia es de planta de cruz latina y de clara disposición jesuita. Conserva excepcionales obras artísticas de los mejores escultores de la época: Pedro de la Cuadra y Francisco Rincón. El aspecto actual no difiere en mucho del que tendría en el momento de su congregación hace casi cuatro siglos.